El valor de cualquier activo está relacionado con su capacidad de producir ingresos.


Todos sabemos que existe un vínculo entre el alquiler que se puede cobrar por una vivienda y el valor de esta vivienda en el mercado, pero ¿qué pasa cuando la forma de cobrar el alquiler cambia?


En el año 2018 en España 200 mil viviendas se alquilaron a través de plataformas on-line como Airbnb. Esta actividad produjo un volumen de rentas superior a los mil millones de euros.


Tenemos que reconocer que el mercado de la vivienda turística ya no es una realidad residual, sino que es un actor significativo del mercado inmobiliario Español.


Esto supone un reto para los tasadores inmobiliarios.

Tradicionalmente han existido dos formas de valorar inmuebles:o bien como negocio o bien como vivienda. Las viviendas turísticas son una nueva realidad híbrida, están consideradas como viviendas en la normativa urbanística, en la fiscal y en la administrativa, pero tienen muchas características típicas de un negocio, como por ejemplo la relación entre ingresos brutos e ingresos netos, mucho más característica de un negocio que de una vivienda convencional.

A partir de ahora será necesario incorporar el mercado de alquiler de corta estancia en el análisis de las valoración de los activos inmobiliarios y por eso es necesario familiarizarse con las herramientas de análisis especializadas de estos mercados.